Los signos de la conjuntivitis alérgica estacional son picazón intensa, sensación de cuerpo extraño (como arenilla en el ojo), enrojecimiento, secreción acuosa o mucosa espesa, lagrimeo, párpados hinchados y otros síntomas similares a la alergia como rinitis, estornudos o asma.
Los síntomas de la conjuntivitis perenne suelen ser más leves, pero duran todo el año.
La infección de la córnea se caracteriza por lagrimeo, dolor ocular (a veces importante) y una intolerancia anómala a la luz (fotofobia).
De todos los alérgenos, el polen es el que se considera más a menudo el causante de la conjuntivitis alérgica estacional: se estima que entre el 10 % y el 40 % de la población mundial tiene alergia al polen durante la primavera, una cifra que va en aumento desde hace treinta años. En particular, los pólenes anemófilos tienen una fuerte alergenicidad. Estos tipos de pólenes son liberados en grandes cantidades, muy pequeños y ligeros, lo que les permite ser transportados por el viento y depositarse en cualquier parte.
Otros alérgenos, denominados “alérgenos de interior”, son responsables de las formas más crónicas de las reacciones alérgicas oculares. Estos alérgenos de interior son los ácaros, el polvo, las escamas y el moho que encontramos en los hogares, lo que explica por qué los síntomas existen de forma continua.
Los contaminantes ambientales, como el ozono o los humos químicos, también son responsables de favorecer las reacciones alérgicas, acentuando la irritación de las mucosas del ojo.
Por último, tener antecedentes de enfermedades alérgicas y síntomas atópicos puede explicar la reacción a sustancias presentes en las lentes de contacto y los cosméticos.
Se recomienda acudir al médico de cabecera o al oftalmólogo para que pueda recetarte el tratamiento adecuado. Puede que sea necesario que te examine un alergólogo y te realice pruebas de alergia. En algunos casos, podría sugerirte un tratamiento de desensibilización que disminuirá progresivamente los síntomas.
Es fundamental identificar la causa de la reacción alérgica para limitar el contacto con el agente causal.
Para eliminar los alérgenos de la zona ocular se recomienda realizar una correcta higiene de párpados con productos libres de conservantes y fosfatos, que respeten los ojos. En el mercado existen diversos geles limpiadores y toallitas que pueden serte útiles.
Para combatir los alérgenos de interior, utiliza ropa de cama antiácaros y antipolvo. Evita el uso de alfombras, moquetas y mantas de lana, ya que pueden acumularlos. Limpia de forma regular, abriendo las puertas y ventanas todos los días durante 15 minutos para ventilar las habitaciones. Deshumidifica la casa.
En caso de conjuntivitis u otras enfermedades oculares como la queratoconjuntivitis, la higiene diaria debe ir acompañada de un tratamiento de la zona en forma de colirio preferiblemente sin conservantes ni fosfatos, que te recomendará tu oftalmólogo.