Acomodación: Mecanismo por el cual el cristalino adapta su forma para permitir la visión de lejos y de cerca. Se activa cada vez que miramos algo de cerca, por ejemplo leer, escribir, coser, etc., permitiendo enfocar bien la imagen que tenemos enfrente.
Agudeza visual: Capacidad de ver y distinguir las imágenes.
Ambliopía: Término técnico que indica lo que comúnmente se denomina «ojo vago»: desde los primeros años de vida, sin existir una lesión anatómica del ojo, puede suceder que la capacidad de ver y distinguir las imágenes sea reducida.
Angiografía fluoresceínica: Prueba paraclínica que permite la evaluación de la circulación en los vasos del iris y de la retina. Utiliza un colorante con inyección intravenosa: la fluoresceína sódica.
Anticuerpos monoclonales: Se trata de anticuerpos (iguales entre sí) producidos artificialmente, que imitan la acción de los anticuerpos producidos normalmente por nuestro organismo y que ayudan en los procesos de defensa. Se utilizan actualmente en la terapia antitumoral.
Antioxidantes: Sustancias que protegen las células de los daños inducidos por los radicales libres (porque combaten la formación de los productos derivados de los procesos de oxidación).
Atrofia: Término que proviene del griego y que significa “privación de la nutrición”. En nuestro caso la atrofia de la retina comporta una disminución del grosor de la retina, afectando a sus distintas capas. Como consecuencia del adelgazamiento de la retina, según la posición y la tipología de la atrofia, pueden surgir problemas para la capacidad visual.
Bastones o bastoncillos: El bastón es uno de los fotorreceptores de la retina (es decir, una célula sensible a la luz) que permite la visión en condiciones de escasa luminosidad y, de hecho, entra en función en situaciones de escasa visibilidad (por ejemplo, en una habitación poco iluminada) para garantizar la denominada visión nocturna. No determina la percepción de los colores, de la que se encargan los conos. El número de bastoncillos en cada ojo está comprendido entre 75 y 150 millones aproximadamente.
Cámara anterior: Parte del ojo comprendida entre la córnea y el cristalino. Este espacio es más ancho en el centro y más estrecho a los lados y contiene humor acuoso.
Cámara posterior: Parte del ojo comprendida entre el iris, anteriormente, y el proceso ciliar, posteriormente. Rodea el cristalino y contiene humor acuoso.
Carotenoides: Amplia clase de pigmentos (más de 600) que se encuentran en plantas, algas y bacterias. Incluyen las xantofilas, que contienen oxígeno, y los carotenos, que no contienen oxígeno. Los carotenoides protegen del proceso de oxidación porque son capaces de fijar y eliminar a los radicales libres.
Catarata: Opacidad del cristalino, que puede operarse si se elimina el cristalino y se sustituye con una lente artificial.
Colágeno: El colágeno es una proteína muy importante del cuerpo humano, ya que representa un constituyente fundamental de los huesos, del cartílago, de los dientes, de los tendones, de los vasos sanguíneos, de la piel, de la córnea, del cuerpo vítreo y de otras estructuras de nuestro organismo.
Conjuntiva: Capa que cubre la superficie interior de los párpados y el bulbo ocular, que las lágrimas mantienen siempre húmeda.
Conjuntivitis: Inflamación de la conjuntiva.
Conos: Células nerviosas de la retina especializadas en la visión de los colores (fotorreceptores), más numerosos en la zona central de la mácula (la fóvea) y menos en las demás zonas de la retina. Contienen pigmentos sensibles a la luz. Son los responsables de la visión nítida.
Córnea: Porción transparente del ojo. Representa la lente más potente del sistema visual: en condiciones normales, es más gruesa en los lados y más delgada en el centro.
Coroides: Capa que contiene los vasos sanguíneos. Se sitúa entre retina y esclera y está destinado a la nutrición de las capas más externas de la retina.
Cristalino: Lente natural de ojo, normalmente transparente hasta la edad adulta, que contribuye a enfocar los rayos luminosos, y por tanto la imagen sobre la retina. Cuando con el envejecimiento o algún factor externo (traumas oculares, suministro prolongado de fármacos esteroides, hiperglicemia, etc.) se hace opaco, aparece la catarata.
Cristalino artificial: Lente de material sintético transparente que reemplaza al cristalino En inglés utilizan el acrónimo IOL, es decir Intra Ocular Lens o lente intraocular.
Cuerpo ciliar: Parte de la túnica vascular del ojo junto con la coroides y el iris. Está formado por distintas estructuras; entre ellas, el músculo ciliar (que se encarga del enfoque de objetos de cerca) y los procesos ciliares (que producen el humor acuoso, básico para el mantenimiento de la presión interna del ojo).
Cuerpo vítreo: Sustancia gelatinosa normalmente transparente que llena la cavidad del bulbo ocular (toca también el cristalino y la retina). Cambios en este gel pueden determinar la aparición de las molestas «moscas volantes».
Epitelio pigmentario de la retina: Es una de las capas de la retina. Su denominación deriva del hecho de que está densamente pigmentado. Su posición, en la zona más exterior tiene una importancia fundamental: interactúa con los fotorreceptores, regula sus intercambios nutricionales y participa en el ciclo de la vitamina A.
Escotoma: Término que proviene del griego y que significa “oscuridad”. Indica un defecto del campo visual, una zona de no visión que puede ser relativa o absoluta. Existen escotomas fisiológicos, presentes normalmente en todos los individuos, como la mancha ciega y escotomas patológicos persistentes, consecuencia de enfermedades de la retina, del nervio óptico o neurológicas. Existen también escotomas positivos, asociados a ataques de cefalea, que aparecen antes que se produzca el ataque y se definen «brillantes» porque se manifiestan como luces de colores brillantes. Un escotoma puede ser también positivo si se percibe como una molesta mancha fija que cubre parte de las imágenes, o negativo si corresponde a una zona de ausencia de visión en un determinado punto. A menudo los escotomas están relacionados con patologías de la retina; en la degeneración macular asociada a la edad pueden representar un importante síntoma a tener en cuenta y para que un especialista lo evalúe.
Fluoresceína: Colorante usado en oftalmología a nivel local para una mejor evaluación de la superficie ocular anterior, con la finalidad de hacer resaltar posibles abrasiones de la córnea, para medir la presión ocular y, en su caso, para aplicar lentes de contacto. Se inyecta intravenoso para llevar a cabo la angiografía con fluoresceína.
Fotopsias: Aparición de destellos luminosos que duran pocos instantes en el campo visual, a menudo asociadas a la presencia de tracciones entre el gel vítreo y la retina.
Fotorreceptores: Células nerviosas de la retina (conos y bastoncillos) que transforman la luz en impulsos que se transmiten al cerebro para la elaboración de la imagen.
Fóvea: Pequeña zona circular de la retina responsable de la visión central, con una anchura aproximada de 1,5 mm de diámetro, situada en el centro de la mácula.
Fóvea central: Pequeña zona central de la fóvea, con una anchura de unos 0,5 mm de diámetro.
Hiperhomocisteinemia: Exceso de homocisteína en la sangre, debido a patologías genéticamente determinadas, enfermedades autoinmunes (como, por ejemplo, hipotiroidismo, psoriasis, lupus eritematoso sistémico, artritis reumatoide), estilos de vida inadecuados (sedentarismo, alcoholismo, tabaquismo, excesivo consumo de café, etc.). Representa un importante factor de riesgo para las molestias cardíacas (infartos, angina), cerebrales (ictus), circulatorias (tromboembolias), como también para la degeneración macular.
Hipermetropía: Defecto visual que presenta dificultades para enfocar imágenes de cerca. Un individuo joven puede evitar este defecto si activa la acomodación, es decir, modificando la forma de su cristalino; al aumentar la edad, aparece la presbicia, es decir, la dificultad en la visión de cerca, ya que se reducen las capacidades de modificar el cristalino. Por consiguiente, al aumentar la edad un hipermétrope, este verá siempre peor sin la ayuda de una corrección con gafas o lentillas.
Hipovisión (o baja visión): Se trata de la privación parcial de la vista que no se puede corregir con gafas, lentes de contacto, medicamentos ni cirugía. En estos casos, existen ayudas ópticas y electrónicas que facilitan la lectura.
Hipoxia: Carencia de oxígeno.
Homocisteína: Es un aminoácido, es decir, uno de los pequeños ladrillos que componen las proteínas. El cuerpo no la produce y puede aportarse solo a través de alimentos que contienen proteínas de origen animal. Niveles elevados de homocisteína en la sangre representan un importante factor de riesgo cardiovascular.
Humor acuoso: Líquido salino que llena la cámara anterior y la cámara posterior y que contribuye al mantenimiento del volumen ocular. El equilibrio entre su producción y su reabsorción es básico para el mantenimiento de una presión intraocular normal.
Índice de masa corporal (IMC): Índice que relaciona la masa de un sujeto y su estatura. Es fundamental para fijar cuál es la necesidad energética real de un individuo.
Isquemia: Es un término que deriva del griego y que, literalmente, quiere decir “disminución de la sangre”; de hecho, consiste en una falta de riego sanguíneo. El resultado es una oxigenación escasa del tejido afectado, que puede llevar a producirle daños.
Mácula: Zona situada en la parte posterior de la retina, en cuyo centro está situada la fóvea, responsable de la visión central precisa de las imágenes. Representa la zona de la retina con mayor concentración de fotorreceptores pertenecientes a la tipología de los conos (los bastoncillos, la otra tipología, tiene una mayor densidad en la periferia).
Maculopatía: Cualquier patología que pueda afectar a la mácula, y que incluye, por tanto, todo un amplio espectro de enfermedades del ojo.
Mancha ciega (o punto ciego): Se presenta en el campo visual como una mancha negra, definida como “escotoma absoluto fisiológico” porque está presente en todos los sujetos normales. Se debe a la presencia de la cabeza del nervio óptico sobre la retina, en correspondencia con el cual la visión es nula. No nos damos cuenta de su presencia porque los dos ojos se ayudan entre sí y uno le “rellena” la mancha ciega al otro, y el cerebro rellena el “agujero” con los datos provenientes de las zonas inmediatamente adyacentes.
Metamorfopsia: Visión distorsionada; las líneas rectas se perciben deformes, torcidas o interrumpidas. Se debe a distintas patologías maculares.
Microangiopatía diabética: El exceso de glucosa (azúcar) en la sangre (característico de la diabetes) puede producir, a la larga, daño en los vasos sanguíneos. La microangiopatía diabética describe el hecho de que también los vasos más pequeños y delgados, los capilares, están influenciados por la diabetes. Ataca sobre todo al riñón, a la retina (con la retinopatía diabética) y al sistema nervioso periférico. La retinopatía diabética es una de las causas principales de pérdida visual e incluso de ceguera en los países industrializados, representando por tanto un verdadero problema social.
Midriasis: Dilatación de la pupila.
Miopía: Defecto visual que comporta una visión borrosa o poco nítida de los objetos situados en la lejanía (se ve mal de lejos). Puede depender de una excesiva longitud del ojo con respecto a su capacidad de enfocar las imágenes, o de una curvatura alterada de la córnea y cristalino o, de una catarata en pleno desarrollo. En la mayor parte de los casos se manifiesta desde la infancia y puede pararse cuando el ojo deja de crecer (al terminar la adolescencia o pasados los 20 años). En la forma degenerativa sigue progresando también en edad adulta con grave afectación de la visión o se acompaña con la aparición de otros problemas que afectan a la retina.
Miodesopsia: Definido también como moscas volantes o cuerpos móviles vítreos, son pequeñas sombras oscuras o transparentes, móviles (cuyos movimientos siguen y se acentúan con el movimiento del ojo), cuya visibilidad aumenta en condiciones de iluminación fuerte, cuando se miran paredes claras o cielos despejados. Normalmente asociadas a alteraciones a nivel del vítreo, o del gel intraocular que se encuentra delante de la retina.
Miosis: Contracción de la pupila.
Oclusión venosa retiniana: Oclusión de una vena de la retina. Se puede tratar de la vena central, afectando a toda la retina, o de una ramificación suya más pequeña, que afecte solo a la zona de la retina que es alimentada por ese vaso. Los motivos de la aparición de una oclusión venosa son variados, y están relacionadas con los principales factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, cardiopatías, esclerosis de los vasos). En la zona en la que aparece la oclusión aparecen hemorragias y la porción de retina afectada tiene comprometida su funcionalidad (afortunadamente la mayoría de las veces de forma reversible).
OCT (Tomografía de Coherencia Óptica): Técnica de diagnóstico de corta duración, indolora y no invasiva, para la determinación de numerosas patologías oculares, como la DMAE. No necesita el uso de medios de contraste. La OCT permite visualizar las secciones de la retina. La anatomía de la retina en la región macular se reconstruye gracias a la emisión de luz coherente sobre el tejido. Una porción de esta luz se refleja, recolecta y se transforma luego en una imagen de alta resolución.
Optometrista: Óptico diplomado habilitado para la medición de la vista y para recetar gafas y lentes de contacto.
VEGF: Responde a las siglas Vascular Endothelial Growth Factor, que significan «Factor de Crecimiento Endotelial Vascular». Se trata de una proteína señalizadora implicada en la vasculogénesis (formación de novo del sistema circulatorio embrionario) y en la angiogénesis (crecimiento de vasos sanguíneos provenientes de vasos preexistentes).
Xantófilas: Representan una de las dos categorías de carotenoides, junto con los carotenos, de los que difieren porque las xantofilas no contienen oxígeno en su estructura. La etimología deriva del griego y quiere decir “de hoja amarilla”, lo cual conecta con el color amarillo, naranja o rojo de una serie de sustancias de esta familia. Dos de las xantofilas más conocidas son la luteína y la zeaxantina. La luteína es habitualmente amarilla, da el color a la mácula lútea (es decir, precisamente “amarilla”) y se encuentra en las verduras y hojas verdes; la zeaxantina se encuentra habitualmente en el maíz.
