Diagnóstico y Tratamiento

Hay diversas maneras de determinar la DMAE:

Autodiagnóstico

Es fundamental tener la posibilidad de un autodiagnóstico rápido sobre la posible presencia de la Degeneración Macular Asociada a la Edad DMAE.

Los primeros síntomas de la enfermedad en fase declarada son la presencia de un escotoma (zona o punto de no visión) o distorsión de la visión.

Al producirse el escotoma, este puede provocar una reducción de la visión o ceguera completa.

Diagnóstico por imagen

Mediante diferentes exámenes se observa y analiza el interior del ojo para descartar o confirmar la presencia de DMAE. La mayoría de estas pruebas son indoloras, no invasivas y rápidas. Antes de la revisión se suministra un colirio para dilatar la pupila (dependiendo de la prueba puede no ser necesario) y se procede a la visita.

En el examen del campo visual, el escotoma se representa gráficamente como una zona negra que puede mostrar distintas localizaciones (periférica o central). Normalmente no se nota si no afecta a la visión central.

Las causas pueden ser distintas y se refieren a distintas estructuras del ojo; las razones principales por la que puede aparecer un escotoma son:

  • Patologías de la mácula entre las cuales, principalmente, la degeneración macular asociada a la edad.
  • Migraña.
  • Desprendimiento de retina.
  • Alteraciones del nervio óptico (glaucoma) o de las vías ópticas a distintos niveles.
  • Problemas vasculares.
  • Cataratas (opacidad del cristalino).

El campo visual es el examen instrumental que permite diagnosticar los distintos tipos de escotoma y que da información sobre la visión central y la periférica. Se debe informar al oftalmólogo de la duración y de la frecuencia de la molestia.

Otro síntoma que se puede dar cuando existe enfermedad en la retina es la metamorfopsia, una molestia visual que consiste en la visión de objetos deformados, o que aparecen más pequeños o más grandes de lo que son en realidad. La visión queda tan distorsionada que las líneas rectas de cualquier tipo (como por ejemplo en el caso de rejas, librerías, dinteles de puertas y azulejos) aparecen onduladas, rotas o interrumpidas.

Para detectar estas distorsiones se utiliza la rejilla de Amsler.

Rejilla de Amsler

La rejilla de Amsler (del nombre de su creador, el Dr. Mark Amsler) es un test válido de cribado para el diagnóstico precoz de las enfermedades de la retina.

Permite identificar precozmente distintas patologías que afectan al centro de la retina, la mácula, como la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y el edema macular en la retinopatía diabética. También es útil para hacer un seguimiento de las modificaciones en la visión después del tratamiento.

Con la rejilla de Amsler se evalúa cada ojo por separado. Esto ayuda a identificar los síntomas visuales que pueden estar presentes sólo en un ojo.

Instrucciones para el uso de la rejilla de Amsler

Ponte, si es el caso, tus gafas de leer. Mantén la rejilla a una distancia de lectura normal, a unos 30 cm de los ojos. Cubre el ojo izquierdo con la mano. Con el ojo derecho, que ha quedado descubierto, fije la vista en el puntito negro situado en el centro de la rejilla. Mira, manteniendo la mirada fija en el centro, el resto de la rejilla, valorando si las rayas que lo forman están todas ellas rectas o hay alguna alteración. Repite la prueba con el ojo izquierdo descubierto y el ojo derecho cubierto, para valorar la funcionalidad de ambos ojos y notar mejor las posibles diferencias entre ambos ojos.

 

El resultado del test es normal si:

  • Todas las líneas de la rejilla aparecen rectas.
  • Todos los cuadraditos son de la misma forma y medidas.
  • La retícula no parece torcida de ninguna manera.

Consulta inmediatamente a su oftalmólogo si nota uno de los siguientes síntomas

  • Faltan una o más líneas.
  • Las líneas aparecen distorsionadas u onduladas, o se mueven.
  • Desaparecen cuadros en una parte de la rejilla.
Tratamiento
El cambio de hábitos es fundamental para enlentecer la enfermedad; dejar de fumar y llevar una alimentación sana y equilibrada será el primer paso.

Para casos de DMAE exudativa o húmeda, el tratamiento suele consistir en inyecciones intravítreas de fármacos que evitan el crecimiento excesivo de vasos sanguíneos, o corticoides. Este tratamiento lo administra el oftalmólogo en quirófano. Para la DMAE seca actualmente no existe tratamiento efectivo.

En los dos tipos de DMAE, se ha visto un efecto beneficioso el uso de complementos alimenticios con vitaminas y antioxidantes que ayuden a proteger la retina.

En una persona con degeneración macular seca puede bastar una revisión anual, mientras que en una persona con degeneración macular húmeda las revisiones deberán ser menos espaciadas, pudiendo ser incluso mensuales. Sin embargo, no existe una programación predeterminada para las revisiones: es el oftalmólogo quien, tras un examen adecuado, establecerá cuándo hacerlas.

Prevención
Es muy importante la prevención cuando aparecen las primeras señales de inicio de la enfermedad y antes de que se produzca atrofia. Cuando ya hay atrofia, modificando factores de riesgo se podría intentar enlentecer la progresión de la enfermedad.

Sobre algunos factores de riesgo es posible intervenir: por ejemplo, llevar un estilo de vida saludable; bajar de peso si se tiene sobrepeso, mantener una buena salud cardiovascular, realizar ejercicio físico moderado, no fumar ni exponerse en exceso a la luz solar, protegiéndose con gafas de sol con filtro solar.

Es también recomendable seguir una alimentación saludable y equilibrada, destinada a asimilar determinadas sustancias que garanticen un efecto beneficioso en el organismo en general y, más específicamente, que tiendan a prevenir o a ralentizar la degeneración macular asociada a la edad (DMAE).

Luteína y Zeaxantina

Son miembros de la familia de los carotenoides y representan los constituyentes fundamentales del pigmento macular.

La combinación luteína/zeaxantina ha mostrado propiedades antioxidantes y la capacidad de actuar como filtro para la luz ultravioleta y la luz azul, que son las más dañinas a nivel de la retina.

Podemos encontrar luteína y zeaxantina en alimentos como la yema del huevo, en el maíz, y en verduras de hoja verde como  las espinacas, col rizada, etc.

Ácidos Grasos Omega-3

Los ácidos grasos de cadena larga omega-3 pueden ayudar a prevenir los daños en la retina causados por la oxidación, por la inflamación y por el envejecimiento normal.

Todos estos factores contribuyen al desarrollo de la DMAE.

Los ácido grasos Omega-3 se pueden encontrar en alimentos como el pescado azul (sardinas, atun, salmón), en frutos secos (nueces, avellanas, almendras) y en el aceite de oliva.

Luteína y Zeaxantina

Son miembros de la familia de los carotenoides y representan los constituyentes fundamentales del pigmento macular.

La combinación luteína/zeaxantina ha mostrado propiedades antioxidantes y la capacidad de actuar como filtro para la luz ultravioleta y la luz azul, que son las más dañinas a nivel de la retina.

Podemos encontrar luteína y zeaxantina en alimentos como la yema del huevo, en el maíz, y en verduras de hoja verde como  las espinacas, col rizada, etc.

Las reglas básicas de la correcta alimentación
1 Fruta y verdura; siempre la mejor opción
Se recomienda consumir distintos tipos de fruta y verdura al día, que aportaran vitaminas y minerales a nuestra visión. Debemos hacer que nuestro plato sea colorido, creando platos como ensaladas de lechuga, tomate, manzana, etc. Si dudamos de cuánta fruta y verdura al día debemos consumir podemos recordar la regla de “5 al día”.
2 Cereales y derivados

Por otro lado encontramos los carbohidratos, que se deben consumir preferiblemente en su forma integrales. La regla de los 3/3 para los hidratos de carbono de combustión lenta:

  • 1/3 de legumbres: garbanzos, habas, lentejas o alubias (2 veces por semana).
  • 1/3 de cereales integrales.
  • 1/3 de patatas, pan o pasta (2 veces por semana).
3 ¿Y las proteínas?
  • La dieta ideal debería estar basada en vegetales, acompañados de alguna porción proteica todos los días.
  • Consuma preferiblemente pescado y disminuya el consumo de carne, prefiriendo las carnes blancas.
  • Reduzca el consumo de carnes rojas a no más de 3 veces al mes.
  • Pollo y conejo son menos grasos que las carnes rojas y se pueden consumir 3-4 veces por semana.
  • Recuerde que las legumbres aportan también proteínas vegetales.
4 ¿Qué productos lácteos debo consumir?
Es preferible consumir yogur y quesos a base de leche de oveja, cabra o vaca.
5 ¿Qué bebidas hay que preferir?
No abusar de las bebidas gasificadas y los zumos de fruta, demasiado ricos en azúcares.
6 ¿Y los condimentos?
  • Siempre es mejor utilizar el aceite de oliva para cocinar.
  • Debemos limitar el uso de sal con las comidas. Esta puede ser sustituida por diferentes condimentos y hierbas aromáticas, como los preparados de especias provenzales, por ejemplo.
Sugerencias alimentarias

DESAYUNO

  • Una bebida: té verde sin azúcar.
  • El equivalente a una taza de productos lácteos.
  • Una rebanada de pan integral con aceite de oliva o cereales o frutos secos.
  • También es posible consumir un huevo, una loncha de jamón o una porción de pollo.
  • Acabar con fruta de temporada, variando de tipo cada día.

COMIDA

  • Verdura
    • Se debe consumir a diario ensalada, alternando el tipo de hoja. Puede también acompañarla con otras verduras (tomates, achicoria roja, pimientos, calabacines, pepinos, etc.) y aliñar con aceite de oliva preferiblemente. Se puede añadir soja, semillas de linaza, avellanas, etc.
    • Debemos añadir también cada día verduras cocidas, dando prioridad a las de temporada y preferiblemente cocidas al vapor, para conservar sus propiedades vitamínicas.
    • Puedes consumir sopas calientes en invierno y gazpacho en verano.
    • Las legumbres (lentejas, alubias, garbanzos, etc.) se deberían consumir varias veces a la semana.
  • Cereales
    • Una rebanada de pan integral (con cereales o frutos secos).
    • Otros cereales, de preferencia integrales con mejores valores nutricionales.
  • Fruta
    • Lo ideal es comer una porción de fruta en cada comida. Es aconsejable ir variando el tipo de fruta.
  • Bebidas
    • Bebe preferiblemente agua (al menos un litro y medio por día) y evita los zumos de fruta comercializados porque son demasiado ricos en azúcares y, a menudo, pobres en vitaminas. En general, hay que evitar las bebidas azucaradas.

TENTEMPIÉ DE LA TARDE

En caso de tener hambre a media tarde, come un puñado de nueces o almendras frescas, una pieza de fruta o un puré de frutas preparado en casa sin añadirle azúcar.

CENA

Debe ser preferiblemente ligera, siguiendo un patrón similar al de la comida. Podríamos escoger entre los siguientes alimentos:

  • Pescado graso (sardinas, caballa, bonito, salmón, anchoas) 3-4 veces por semana, guisados o al vapor, pero ni frito ni empanado. Se puede consumir también pescado congelado.
  • Marisco o mejillones.
  • Dos veces por semana, legumbres (garbanzos, lentejas, alubias, etc.).
  • Verduras crudas y cocidas, como se ha mencionado anteriormente.
Omega-3
Productos mg/100 g
Aceite de nueces 12
Aceite de colza 8
Aceite de germen de trigo, aceite de soja 6-7
Aceite de pescado 1-1,5
Margarina o maíz 0,5-1
Luteína
Productos mg/100 g
Col rizada 39,5
Espinacas 12
Brócoli 2,4
Calabacines 2,1
Maíz 1,8
Guisantes 1,3
Luteína
Productos mg/100 g
Col rizada 39,5
Espinacas 12
Brócoli 2,4
Calabacines 2,1
Maíz 1,8
Guisantes 1,3